viernes, 23 de noviembre de 2007

HASTA SIEMPRE A MIS CANGREJEROS




CangrejerosCuenta la leyenda que un chico le preguntó a “Shoeless” Joe Jackson al salir del juicio (acusado por soborno ante un Gran Jurado luego de perder la Serie Mundial de 1919), “Dí que no es cierto, Joe, dí que no es cierto,” y que Jackson le contesta: “Sí chico, me temo que es verdad”. Así me siento hoy cuando, desde el exilio en Estados Unidos, busco las noticias sobre la Liga Invernal de Puerto Rico y con asombro veo de que no hay béisbol esta navidad. Me pregunto, “¿Cómo es posible que una Liga con una historia de 69 años desaparezca repentinamente? Sí amigos, desde 1938 el béisbol en Puerto Rico y el Caribe era una constante.

Como fanático de este deporte, me crié siguiendo a los Cangrejeros de Santurce quienes desaparecieron luego de 65 años de historia. Es con sumo pesar que escribo estas líneas. Es como si un buen amigo o la mascota favorita de uno murieran. Al igual que para muchos puertorriqueños los Cangrejeros fueron parte importante de mi desarrollo deportivo: primero como fanático del béisbol, deporte que amo con tanta pasión que me llevó a convertirme en deportólogo (siempre tratando de ser objetivo en mis análisis sobre deportes, algo que creo lograr en un noventa porciento de las veces). Aquí les doy mi recuento de el equipo que me dio tantas alegrías y pesares “Los Cangrejeros de Santurce”.
El Cangrejo nació a finales de los 1930s gracias a la persistencia de Pedrín Zorrilla y varios amigos. Pedrín, conocido como el Cangrejero Mayor, realizó su sueño de formar un equipo de béisbol de pueblo. La fanaticada de los Cangrejeros de Santurce comprendía en su mayoría el área de personas de escasos recursos desde el casco de San Juan hasta Piñones. En poco tiempo, aquél equipo de "softball", como en tono de broma lo apodaban al principio, inmediatamente se ganó el cariño de la gente humilde, hasta convertirse en uno de los favoritos de la afición puertorriqueña.

Fue entre diciembre del 1970 y enero del 1971 cuando descubrí a los Cangrejeros de Santurce. A los siete años mi padre, único Cangrejero en su familia, me llevó a mi primer juego de béisbol. Recuerdo cómo, a través de los años, me contaba las hazañas de peloteros del pasado, el Pepelucaso, el fantástico Divino Loco, el increíble Satchel Paige y Joshua Gibson. También del temible "Escuadrón del Pánico" que incluía a Willie Mays, Buster Clarkson, Bob Thurman, George Crowe y Roberto Clemente. También recuerdo aquellos juegazos entre los eternos rivales, los Senadores de San Juan y los Cangrejeros, por lo que se conocía como el “City Champ” o campeón de la ciudad (recordar esos momentos junto a mi padre, alejado de la política, aún me ponen melancólico.)

En esa temporada vi jugar como refuerzos por Santurce, entre otros, a un joven de 24 años llamado Reggie Jackson, quien disparó 20 cuadrangulares para liderar la liga. También vi a un trío de jugadores/prospectos de los Orioles del Baltimore llamados Don Baylor, Fred Beene y Elrod Hendricks. Rogelio Moret, Juan “Terín” Pizarro, y Rubén “el Divino Loco” Gómez, componían una gran rotación de lanzadores. El Cangrejo ganó en un séptimo juego contra los Criollos del Caguas. El año siguiente el Cangrejo sucumbió ante Ponce en las semifinales. Rogelio Moret ganó 14 juegos y fue galardonado como el jugador más valioso. Don Baylor, por otro lado, fue el campeón bate con promedio de .324.

A través de los años pude apreciar y disfrutar el buen béisbol jugado en el invierno en Puerto Rico. En el 1972-73 los Cangrejeros trajeron a quien fue bautizado como “el Pingüino”, Ron Cey. También ese año debutó con Santurce, quien luego se convirtió en el “clipper Cangrejero”: un joven campo corto llamado Juan José “titi” Beníquez. Ese año el Cangrejo volvió a ganar vengando la derrota anterior ante los Leones. En el 73-74 recuerdo a posiblemente el peor experimento en tercera base en la persona de Dave Kingman. A este joven de 6’6” era un chiste verlo jugar, pero ahora como bateador la historia fue diferente. Ese año también vino un veloz centro field llamado Mickey Rivers.

En el 74-75, el infield era sólido: Robin Yount en el siore, Doug DeCinces en tercera, Ismael Oquendo en primera, Santitos Alomar en segunda y Elrod Hendricks en la receptoría. Sin embargo, el Cangrejo no entro a la post-temporada por segundo año consecutivo.

Recuerdo escuchar los juegos en el radio de mi cuarto por las noches y asomarme a mi ventana y ver prendidas las luces del estadio Hiram Bithorn. Algunas noches se podía escuchar el rugir de los fanáticos ante una gran jugada desde mi casa en la calle Juan J Jiménez en Hato Rey. Ya a los finales de los 70 iba más frecuentemente junto a mi gran amigo Carlos J. Rivera, otro Cangrejero de pura cepa, y a quien conocí mientras cursaba estudios en la escuela Juan José Osuna.

No fue hasta los ochenta que volvimos a ser una fuerza cuando entramos en la post-temporada. En esa época, ya adolescente, en ocasiones me paré encima del dogout y tal y como Vitín, el gran cheerleader, guié a la fanaticada con el Fuá, Fuá, Fuá, Boooo. Otra cosa que no puedo olvidar es que, gracias a la amistad del dueño de los Cangrejeros en esa época, Reinaldo “Poto” Paniagua, conocí a varios peloteros y gerentes del equipo como Ronquito García, Benny Agosto, y el gran Tany Pérez, entre otros. Inclusive, gracias a Poto, pude visitar Wrigley Field en Chicago y ver las series de campeonato en 1984.

Finalmente en 1991 luego de llegar terceros en la serie regular, terminamos segundos en el round robin y nos enfrentamos a los Indios de Mayagüez en la serie final. Bajo la tutela de Mako Oliveras vencimos a los Indios en cinco de los ocho juegos que jugamos. Ese Trabuco contaba con entre otros Juan José Beníquez, Kevin Brown, Casey Candale, un joven Carlos Delgado, Leo Gómez, Mark Lempke, Jaime Navarro, Junior Ortiz, y Orlando Sánchez, temporada que no pude apreciar por encontrarme en los Estados Unidos ya casado y estudiando una maestría.

En 1992 regresé a mi país con mi primer hijo, Idris Mikel, de pocos meses de nacido y luego de cinco años de ausencia estaba listo para ver nuestro béisbol. Encontré unos Cangrejeros, capitaneados otra vez por Mako Oliveras al tope de los standings. El elenco Cangrejero contaba con Luís Aguayo, Billy Brewer, Edwin Correa, Carlos Delgado, Juan Igor González, Chico Lind, Junior Ortiz, Dickie Thon, Héctor Villanueva y Gerald Williams. Durante la serie de round robin empatamos con Mayagüez y tuvimos que jugar un juego para romper el empate donde salimos airosos. En la final nos enfrentamos a “los eternos rivales”, los Senadores de San Juan, a quienes vencimos 5-1 en la serie. Finalmente como adulto me gozaba un campeonato en persona.

El béisbol caribeño ha visto grandes estrellas y los Cangrejeros han aportado una buena parte de ellas. Cuentan nada menos que con 16 peloteros y dirigentes en el Salón de la Fama: Roberto Clemente, Josh Gibson, Satchell Paige, Roy Campanella, Leon Day, Willie Mays, Bob Gibson, Jim Palmer, Reggie Jackson, Robin Yount, Orlando Cepeda, Frank Robinson, Ray Dandrige, Earl Weaver, Tany Pérez y Tom Lasorda. Todos ellos son parte de la leyenda dentro de ese gran deporte.

En mis últimos cinco años en la Isla vi los grandes ligas Jorge Posada, Troy O’Leary, Troy Percival, Darryl Strawberry y Rey Ordóñez. Llevé a mi hijo de pocos años en ese período y desde entonces se consideró Cangrejero. En 1997 nos fuimos “hacia extraña nación” por las mismas razones que se han ido tantos de los nuestros. Me mantuve conectado a mi equipo gracias a la maravilla del Internet donde, además de mantenerme informado a través de “Triunfo”, pude escuchar, ver y casi sentir a mi equipo gracias a la página web “No Oficial” de los Cangrejeros.

Sin embargo, me perdí verlos ganarle a los Indios de Mayagüez en 1999-2000. Luego en Santo Domingo hicieron una de las más impresionantes demostraciones de bateo y picheo en la Serie del Caribe, estableciendo varias marcas ofensivas. A pesar de esos triunfos, en el 2002 Poto Paniagua vendió la franquicia y empezó así el lento morir. En 2004 Carlos Baerga intentó reanimarlo al comprar los derechos del equipo pero todo fue en vano y en 2005 muere el cangrejo. Así como para mi fueron importantes sé que para otros jóvenes los Criollos, Senadores, Lobos, Indios, Vaqueros, Leones y Brujos son pilares de su formación como fanático de béisbol.

Y no puedo menos que preguntarle a los tutumpotes del béisbol profesional de Puerto Rico, al Gobierno, la empresa privada y más que nadie el fanático: ¿Por qué han permitido que esto ocurra? No solo el Cangrejo murió hace 3 anos también mataron la única esperanza de un niño ver a sus Ídolos. Por favor que alguien me explique.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Boricua in Texas dijo...

Gracias por la visita a mi blog y por tu comentario. No sabía lo de lo Cangrejeros. Que lástima, de todos los equipos de beisbol, los Cangrejeros eran el favorito de mi familia.